Análisis de sangre

«Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo».

Albert Einstein.

El análisis de sangre es una de las pruebas médicas más solicitada por los médicos. Puede ser requerido por rutina como control de salud, como parte de un reconocimiento médico previo a la realización de una actividad física o laboral, para ayudar en el seguimiento de pacientes aquejados de alguna dolencia, como la diabetes o para ayudar en el diagnóstico de alguna enfermedad. En cualquier caso, sirve para determinar el estado general del paciente y consiste en extraerle una pequeña cantidad de sangre venosa, para poder determinar su composición a través de un análisis en el laboratorio.

Tipos de análisis

Normalmente, los datos que más se solicitan para el estudio son el hemograma y la bioquímica sanguínea:

  • Hemograma

    El hemograma mide la concentración de cada uno de los elementos celulares de la sangre (glóbulos rojos, leucocitos, etc.). También comprueba si las células tienen una forma y estructura normales o si están alteradas.

  • Bioquímica

    La bioquímica es el estudio de las sustancias químicas presentes en la sangre. Como el potasio, el calcio, el sodio, el magnesio, las vitaminas o las hormonas.

El análisis de sangre generalmente se realiza manteniendo al paciente en ayuno de al menos seis horas, puesto que la ingesta de alimentos altera muchos de sus parámetros. Al margen de este requisito, no requiere ninguna preparación especial. Las muestras para analizar la sangre se toman con una jeringa o dispositivo similar y se extrae generalmente de una vena (que lleva la sangre al corazón). También puede extraerse sangre de una arteria (que transporta la sangre desde el corazón). Y si sólo son necesarias unas gotas, basta con hacer una pequeña punción en la yema de un dedo y aplicar una presión suave y ligera para que salga la sangre necesaria.

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